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jueves, 15 de mayo de 2008

Adios, morenet

Esta entrada en el blog se la quiero dedicar a un familiar nuestro que ayer nos dejó. Era una persona mayor que quería mucho a mis hijos, y eso que los niños no le agradaban demasiado, pero a los suyos que no se los tocara nadie.
El nombre de mi hijo es Hugo Anania, le añadimos Hugo a su nombre etíope, que es el nombre por el que habitualmente le llamamos. A mi tía le costaba mucho recordar su nombre y cariñosamente siempre le llamaba "morenet" (morenito, en castellano).
No olvides que el "morenet" y la "xica" (Nuria) te esperan , y no esperes que te olviden.
Hasta siempre Lola.

miércoles, 14 de mayo de 2008

La historia de Elene


Os quiero enseñar un video que tengo de hace un tiempo que me enterneció, habla una niña de 8 años que cuenta como vive en un suburbio de Addis Abbeba (Etiopía), vive su pobreza con una sonrisa en la boca... Ella habla en amarico , y los subtítulos son ingles , os copio la traducción de sus palabras porque es digno de saber como se expresa.

"Tengo ocho años y en mi barrio todos son ricos. Tienen televisión, sofás, cedés... Yo no. Los niños van a la escuela todo el día. Yo sólo voy medio día porque no tenemos dinero suficiente.En el barrio huele mal. Los vecinos de otros barrios tiran aquí sus basuras... Mi mamá nunca me deja jugar fuera. Dice que puedo ponerme enferma, incluso puedo coger la malaria. Por eso nunca voy fuera. Cuando me pongo enferma no voy al médico; cojo hierbas, cubro mi cuerpo con ellas, me voy a dormir y ya me pongo mejor.Hace cuatro años se murió mi padre. Cuando él vivía no teníamos problemas. Ahora no tengo ni idea dónde consigue mi madre la comida y el dinero. Si hay comida comemos, si no sobrevivimos con guisante asados.Tengo dos hermanos y tres hermanas. Yo soy la más pequeña. Ellos me gustan, pero mamá es mi favorita.Cuando sea mayor no me voy a casar. Voy a ayudar a mamá."

viernes, 9 de mayo de 2008

Birr, la plata.



El birr es la moneda de de Etiopía. Fue creada en 1945, aunque era conocido como "dólar etíope". En 1976 pasa a ser conocida internacionalmente con su nombre oficial.
Se emite en al Banco Nacional de Etiopía que hace las funciones de Banco Central.
El birr esta compuesto por 100 céntimos y se divide en monedas de 1, 5, 10, 25 y 50 céntimos, y billetes de 1, 5, 10, 50 y 100 birr.
Un euro vale 10,641 birr. Si alguien piensa viajar allí no es necesario llevar dólares, el euro es aceptado para el pago del visado en el aeropuerto de BOLE y en los bancos para cambiar por la moneda nacional: el birr.
El cambio de moneda se puede realizar en el Hotel a buen precio, directamente en recepción o en el banco que se encuentra en el interior del Hotel. No hacer cambio de moneda en lugares diferentes a los indicados (Bancos u Hotel) y legalmente establecidos. Los lugares de cambio alternativos normalmente son más caros y no presentan ninguna ventaja, y si pueden ofrecer inconvenientes.


martes, 6 de mayo de 2008

Mutilación genital femenina

El viernes pasado a mediodía, estaban haciendo un programa en la 2, sobre países africanos, en cada uno se hacía un relato de alguna costumbre del país, cuando salió Etiopía; hablaron de la mutilación genital femenina que sigue haciéndose, sobre todo en las zonas rurales. Fue escalofriante.

Millones de niñas y mujeres de Etiopía cada año son sometidas a prácticas culturales tradicionales humillantes que dañan su integridad física y mental y violan claramente sus Derechos Humanos Fundamentales. Una de estas prácticas culturales es la mutilación genital femenina. En muchos grupos rurales de Etiopía hay niñas que son secuestradas y violadas, se les practica la mutilación genital femenina y se les fuerza a que se casen con la persona que las ha violado. La pérdida de la virginidad que supone la violación no les deja otra opción que la de aceptar al violador como su marido. La costumbre y la tradición son las razones más invocadas para justificar esta práctica.


Las cifras son escalofriantes, con Somalia a la cabeza con un 98% de mujeres sexualmente mutiladas. Le siguen Egipto con un 97% o Eritrea y Etiopía con un 90%. Oriente Medio no se queda atrás: Yemén, Omán, Pakistán e India se suman a esta larga lista. Los defensores de esta costumbre cultural son los hombres y las mujeres. Los hombres aseguran que de esta manera se reduce el deseo sexual de las mujeres y se aseguran de que sólo ellos la penetran, ya que en una modalidad de ablación se cosen los labios mayores entre sí. Un cinturón de castidad en carne viva. Pero lo más grave es la concepción que tienen las mujeres, que aceptan como natural la mutilación de sus genitales y son las que obligan a sus propias hijas a continuar la tradición, porque al fin y al cabo sólo es una tradición que viene de tan atrás que nadie sabe por qué comenzó. Así que las madres son las primeras en obligar a sus niñas. Saben que si no se someten a la ablación, la sociedad les hará un hueco tan insalvable que prefieren sufrir en su cuerpo de por vida. "Es una humillación no circuncidar a una hija. Es terrible. La gente se ríe de nosotros", confesaba Zenebu, etíope, a El País Semanal. Ante esto sólo queda una solución, la educación, ya que la prohibición sólo lograría empeorar las condiciones de la práctica, según afirma el informe de Medicus Mundi.

Asmah, Deca, Ferhia y Hassina (de izq. a der.), cuatro niñas de la región somalí de Etiopía cuyas edades fluctúan entre los seis y los ocho años, fueron sometidas a mutilación y excisión genital cuatro días antes de que se les tomara esta foto.
Tras la operación, se atan las piernas de las niñas para reducir los movimientos y ayudar a la cicatrización de las heridas.
Bedria Mohammed, la madre de la niña, se siente mal debido a que la tradición la obligó a lastimar a su propia hija. Pero agrega que no tenía ninguna alternativa. La madre cree que de no haber mediado esa operación Asmah habría sido excluida de la comunidad por el resto de sus días y habría perdido toda posibilidad de conseguir marido y de un futuro seguro.
La mayoría de los pobladores locales cree que la práctica garantiza la virginidad de las niñas, lo que, a su vez, constituye un requisito ineludible para llegar a un matrimonio honroso.