Hoy tengo tres importantes acontecimientos, el menos relevante y al mismo tiempo sorprendente es que ha nevado, hacía ya dos años que no veíamos la nieve por estos lugares y ha sido precioso ver caer copos de nieve sin parar hasta llegar a cuajar durante un rato.
Nuestro segundo acontecimiento es que hemos firmado la escritura de nuestra casa y nos han dado las llaves, por fin! después de muchos meses de espera ya tenemos casita, creo que vamos a contracorriente de la sociedad, en plena crisis inmobiliaria nosotros nos metemos en el berenjenal....pero bueno, se dice que "Año de nieves, año de bienes".
Y último acontecimiento y sí muy importante es que hoy hace dos años conocimos a nuestro hijo, para nosotros es una fecha muy muy especial, ese día el destino nos unió para siempre y como siempre me gusta recordar dejo constancia como fue ese encuentro, en un vídeo.
"No dormimos mucho esa noche, a pesar de lo cansados que estábamos, pero los nervios podían mas, me levanté primero y empecé a ordenar lo poco que teníamos en aquella habitación del hotel, nuestra maleta no había llegado con nosotros e íbamos con lo puesto y algo que llevé en la mochila que subí conmigo al avión. Bajamos pronto a desayunar, a las 9 salíamos hacía el orfanato, Antonio el representante de la Ecai nos acompañaba, por el camino quería observar todo el paisaje, empaparme de aquel lugar tan diferente al nuestro, el caos de los coches, chabolas mezcladas con centros comerciales, mujeres con velos blancos delante de una iglesia, algarabía de niños en las puertas de la escuela, íbamos todos en silencio mirando todo aquello pero nuestra mente en otro sitio, en la personita que íbamos a conocer en unos momentos. Al fin llegamos, bajamos de la furgoneta y al abrir la puerta había una especie de patio vacío y una niña de unos doce años sentada al sol con un bebe, de una casa salió la dueña del orfanato enrollada con un pañuelo y nos indico que pasáramos, a la derecha había una habitación con cunas, el olor era muy fuerte, imposible de olvidar, allí conocimos al bebe de una familia que iba con nosotros, después nos llaman y en el medio del pasillo veo que la niña que habíamos visto al entrar, me da el bebe que llevaba en sus brazos y oigo que la señora del pañuelo me dice, Anania.... cogí aquel niño y me quedé como en shock, no pesaba nada, solo notaba sus huesos en mis manos. Desde ese momento hasta que no subí a la furgoneta para irnos y me paré a pensar un poco, no reaccioné. Era como si yo no estuviera allí, mi cuerpo sí, pero mi mente no. El impacto de ver un niño de 12 meses con tan solo cinco kilos, me superó. Lloré, lloré mucho, al principio de pena, ¿cuanta hambre había tenido que pasar para llegar a ese estado?, no podía resistir el dolor de ver así a alguien tan pequeño, después lloré de rabia, rabia por ser de este mundo que permita esto, rabia por que lo dejaran llegar a ese extremo. Lloré porque no me perdonaba que sintiera pena en vez de amor, ese amor que tanto había imaginado , que con tanta ilusión había creado hacia ese hijo imaginario. Pero algo me hizo ser fuerte, algo cambió en mí, para asumir aquella situación y fue mi marido, Javi me demostró que teniamos que luchar, que nuestro amor lo sacaría adelante, y para ello teníamos que ser fuertes.
Por la tarde el pediatra, el gran Doctor Markus, nos confirmó su severa desnutrición, y a partir de ese momento, con una leche que allí la llaman "el milagro", hiper calórica, vitaminas y muchísimo amor, pasaron los días. Nuestra estancia en Addis fue corta, tan solo una semana, era urgente que Hugo viniera a casa para recuperarse, aunque realmente el se recuperó allí, en una semana hizo un cambio abismal, nada tiene que ver, del niño que conocimos al niño que vino a España. Él nos adoptó enseguida, a mi me costó más, cada día era un pasito. Un día, en la recepción del hotel, las chicas de allí lo cogieron un rato y nosotros subimos a la habitación a por algo, al bajar otra vez, me puse hablar con otra chica, y él al oir mi voz se giró hacia donde estaba y levantó las manos para que lo cogiera...mi corazón dio un vuelco y sentí que era mi hijo, me habia adoptado y yo a él."
Para mi hoy es nuestro encuentro con la vida. Como dice la canción de Pasión vega , era tan poquita cosa...pero con muchas ganas de vivir, y lo consiguió , aguantó.
El puso todo. Nosotros pusimos lo que pudimos.
Y, por el camino, el amor nos entrelazó para siempre. Hugo es feliz. Pero en los pensamientos de la noche, cuando me vuelven las pesadillas, recuerdo ese niño que un día fue y ya no es, su mirada sin mirar, su cuello sin fuerza, sus piernas, sus brazos, sus labios sin sonrisa, su profundo cansancio de vida sin vivir. Y pienso en los Hugos que dejé en Etiopía o en los que habitan por aquí, allí donde no llegan las noticias. Pienso en los Hugos que no tienen Navidad.
Se me hace muy duro recordar aquel día, ya he conseguido ver el vídeo sin llorar y he ido asumiendo como lo pasó mi hijo, sigue siendo igual de duro, pero ahora lo veo tan feliz que ya no me atormenta tanto.
Quiero que sea un día feliz en su vida, y cuando sea mayor poder contarle nuestro encuentro, como nos conocimos, a veces no se como lo haré, porque reconozco que fueron los momentos mas duros de mi vida, pero espero que el paso del tiempo me de el tesón necesario para explicarle que la mayor pena que sentí al verle la primera vez , ahora es la mayor alegría que me da todos los días.